martes, 19 de mayo de 2015

80% de probabilidad que en 2015 ocurra un terremoto por subducción
18:37

80% de probabilidad que en 2015 ocurra un terremoto por subducción





Hugo Monsalve Jaramillo, ingeniero y docente.

COLOMBIA.-Con una maestría en sismología y física del interior de la Tierra, este docente de la universidad del Quindío fue quien habló en 1998 de la posibilidad de que en la zona se podría registrar un terremoto.  El ingeniero Hugo Monsalve Jaramillo, creador y director del Observatorio Sismológico de la universidad del Quindío, aseguró que existe un 80% de probabilidad de que antes de finalizar el año 2015 ocurra en esta parte del país un sismo por subducción, con una magnitud calculada entre 6.6 y 7.3.

Monsalve Jaramillo, ingeniero y docente de la Uniquindío, fue quien antes del terremoto ocurrido el 25 de enero de 1999, y en compañía del también profesor Armando Espinosa, autor de la ‘Compilacion de sismisidad histórica en el Eje Cafetero’, habló, y así quedó registrado en un medio de comunicación en octubre de 1998, de la posibilidad de un sismo de magnitud 8 en esta parte del país. Tres meses después ocurrió el seísmo del Eje Cafetero, con una intensidad de 6.3 en la escala de Richter, a una profundidad de 17 kilómetros y cuyo epicentro se localizó en el municipio de Córdoba.

                                                                          El Quindío, Colombia.

Tres últimos sismos
Esta nueva afirmación del especialista, se suscita días después de los movimientos que sintieron los quindianos en la última semana.

Los tres últimos sismos, sentidos con mediana intensidad en tierra quindiana, obedecen al movimiento global de la placa de Nazca, que se encuentra en el océano Pacífico y es común en Colombia, Perú, Ecuador y Chile. Una placa tectónica es un bloque sólido superficial de la tierra que se mueve sobre una segunda capa terrestre denominada astenósfera.

De estos tres movimientos telúricos, los dos cuyos epicentros se localizaron en el departamento del Cauca y que han sido considerados como superficiales, son similares en su origen, por la manera como sucedieron, con el terremoto de 1999, que se debió también a los choques en las placas de Nazca y Suramérica.

Frente a ello, aclaró que los sismos por subducción, son diferentes a los superficiales. Cuando hay subducción, una placa superficial se hunde por debajo de otra, también superficial, provocando movimientos telúricos, que normalmente no son tan destructivos como el de 1999 que fue por choque de placas.

La alta actividad sísmica en el Eje Cafetero ha sido registrada por el Observatorio de Sismología de la Uniquindío, que fue creado a raíz del terremoto de 1999 y funciona en el edificio de ingenierías de la institución. Se trata de un laboratorio de monitoreo que tiene en su inventario registros de más de 27 mil sismos originados en el Quindío, no más de cinco sentidos por la comunidad, uno de ellos el del 22 junio de 2005 que fue calculado en magnitud 4.5. Del resto de los temblores solo dan cuenta los aparatos del laboratorio. 

La probabilidad de un sismo mayor en el Quindío es alta si se tiene en cuenta la permanente actividad telúrica que se registra en esta zona. Basados en la estadística se podría afirmar que en el Quindío, en promedio, ocurren cinco eventos por día.

Según el ingeniero, uno de los mitos es asociar los cambios climáticos a los temblores, lo cual resulta improbable pues a 60 kilómetros de profundidad la temperatura oscila alrededor de los mil grados centígrados y dos o tres grados de variación del clima en la superficie no resultarían significativos a la profundidad en la que se originan los sismos.

Otro de los mitos consiste en afirmar que es bueno que se presenten temblores pues esto ayuda a que la tierra libere energía. Afirmación parcialmente cierta pues si bien es cierto que sí se libera energía, los continuos movimientos también advierten que hay una falla activa y que en cualquier momento puede presentarse un sismo mayor.

Actualmente, el laboratorio de sismología de la Uniquindío, que monitorea cien mil kilómetros cuadrados con los que se cubre el Eje Cafetero, Chocó, sur de Antioquia, y una parte de Cundinamarca, trabaja con los semilleros de investigación para determinar si hay alguna relación entre la frecuencia y época del año en que aumenta la actividad sísmica en la región.

Y aunque la posibilidad de nuevos y fuertes movimientos telúricos es real, el ingeniero Monsalve Jaramillo dio un parte de tranquilidad al afirmar que las construcciones apegadas a las normas de sismorresistencia, que por primera vez se definieron en 1984 a raíz del sismo de Popayán, actualizadas después en 1998 y por último en 2010, estarían preparadas para soportar un sismo por subducción como el que él y su equipo de colaboradores han vaticinado.





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