DESASTRES AL DÍA
La peor sequía en ocho décadas deja a San Pablo sin agua ni luz
El bajísimo nivel de las represas provocó varios apagones allí y en otros estados. Piden que la gente ahorre energía.
Tierra seca. Un micro pasa junto a un lago totalmente seco, parte del reservorio Cantareira, que abastece de agua a San Pablo. /AFP
Lo que parecía una amenaza se concretó en pleno verano: el agua comenzó a faltar en el centro de la rica ciudad de San Pablo, golpeada por la mayor sequía de los últimos 80 años, que también arriesga el suministro energético de Brasil. La situación en el sudeste del país es “sensible” y “preocupante”, según definió la ministra de Medio Ambiente brasileña, Izabella Teixeira, quien pidió a los ciudadanos que ahorren agua y electricidad.
El gobierno brasileño teme que si no llueve lo suficiente en los próximos meses y no se reduzca el consumo de agua, el suministro en el estado de San Pablo sufra un colapso a mediados de este año, informó este sábado la prensa local. La crisis amenaza también con cortes de agua en Río de Janeiro.
“Lo que viene ocurriendo en el sudeste es totalmente atípico. (Los niveles de los embalses) están por debajo de los del año pasado y por debajo de los registrados desde la década de 1930. Son 84 años de monitoreo y nunca se vio en el sudeste brasileño una situación tan sensible y preocupante”, afirmó Teixeira en una rueda de prensa en Brasilia el viernes, tras una reunión con representantes de siete ministerios para analizar la situación energética e hídrica.
Según señaló ayer el diario Folha de São Paulo, en la reunión se evaluó la posibilidad de que en cuatro o cinco meses queden completamente secas las represas que alimentan al estado de San Pablo, el más populoso del país. Un escenario menos pesimista plantea que el colapso en los reservorios de agua podría producirse en septiembre.
“Es un momento en que todos tenemos un problema sensible, complejo, y necesitamos de la colaboración de todos. Todos tienen que saber ahorrar agua, ahorrar energía”, remarcó Teixeira.
La ministra precisó que el abastecimiento de agua no compete al gobierno federal, pero subrayó que dará el apoyo necesario a los estados para la realización de obras que permitan el suministro de agua.
En este sentido recordó que la presidenta, Dilma Rousseff, autorizó a incluir en el Programa de Aceleración de Crecimiento (PAC) las obras para abastecer el reservorio Cantareira, uno de los más importantes del estado de San Pablo, que abastece 6,5 millones de personas, y que se encuentra en mínimos históricos, a través del desvío del agua de la cuenca del Río Paraíba.
La sequía que afecta al sureste de Brasil ha golpeado especialmente a San Pablo, aunque los estados de Minas Gerais y Río de Janeiro ya han comenzado a sufrir los efectos de este problema meteorológico.
Alrededor de 50 ciudades de Minas Gerais comenzaron a establecer medidas de racionamiento de agua, informó el gobierno regional, y las autoridades locales de Río de Janeiro ya han advertido que los cortes de agua pueden llegar.
El gobierno de Rousseff citará a los gobernadores de los tres estados afectados para que presenten sus planes de contingencia, con los cuales se elaborará una acción conjunta destinada a minimizar los perjuicios a la población.
El gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, descartó que las restricciones del suministro de agua lleguen a la población de su estado, aunque pidió la colaboración de los habitantes de la región para que ahorren agua.
El miércoles las autoridades decidieron desconectar una central hidroeléctrica en el río Paraibuna, en Río de Janeiro, porque el agua está debajo del nivel mínimo necesario, informó el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS).
La hidroeléctrica es la principal fuente de energía de Brasil, un país de 200 millones de habitantes. Y la generación de todo el país se concentra en el sur y sudeste, donde está San Pablo y otros grandes centros urbanos e industriales.
El lunes, un apagón afectó a una decena de estados incluidos San Pablo, Río y la capital, Brasilia. Según el ONS, el corte se debió a un alza de la demanda por el calor y a fallas en la transmisión. El martes, Brasil debió importar electricidad de la Argentina para hacer frente a la crisis. El jueves, más de un millón de personas se quedó sin agua en la Gran San Pablo por una falla de energía que afectó a las bombas que distribuyen agua.
FUENTE: http://www.clarin.com/mundo/Brasil-sequia-apagones-San_Pablo_0_1291071240.html
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